jueves, 9 de octubre de 2008

Adolescente en sociedad acelerada IV

En los dos blogs anteriores hemos señalado las condiciones de las relaciones de Adolescente con sus padres y con el maestro/tutor o profesores. Creemos que estas circunstancias no se cumplen en la mayoría de los adolescentes. Y esto podría ser uno de los factores determinantes de las conductas de Adolescente que nos preocupan. ¿Por qué las relaciones con los padres no son las deseables?. Creemos que tres grupos de circunstancias se aunan para conducir a la situación señalada:

Desconocimiento por parte de los padres de su verdadero papel en la educación y enseñanza de sus hijos. Hemos conocido innumerables casos de padres realmente preocupados por encontrar un colegio idóneo que eduque a su hijo al mismo tiempo que, además le enseñe lo que debe enseñar y quedándose tranquilos y completamente al margen de la educación y enseñanza de su hijo a partir de ese momento. Craso error. Tienen la obligación de informarse adecuadamente.

Falta material de tiempo para dedicarse a esa función fundamental y también a otras funciones familiares, en especial su propia autoformación continuada por el ejercicio de sus funciones y subsiguiente reflexión de lo ejercitado, Y esta falta de tiempo deriva entre otros de los siguientes factores que nos interesa resaltar:

  • Absurdos horarios de trabajo que cuando no llenan casi todas las horas de vigilia de los padres, estan repletos de irregularidades y falta de coincidencia con horarios escolares.
  • Lógica y natural priorización de las relaciones de pareja que suelen ser simultaneadas en gran parte con los tiempos de recreo y distracciones sin reservar los espacios que idealmente deberían ser dedicadas a la relación con los hijos.
  • Atención de los adultos intensísimamente atraída por un cúmulo incontenible de información que les llega a través de una riada de tecnología de gran diversidad y progresiva complejidad que, a su vez y por resultar en sí misma atractiva, requiere atención y tiempo.
  • Necesidad de tiempo de descanso que, por todas las circunstancias anteriores, se ve muchas veces reducido en exceso.

Un estado emocional frecuentísimamente lleno de grandes tensiones derivadas de hechos y acontecimientos del entorno, incluso del lejano, que les llegan de forma frecuente y continua, simultáneas y complejas, en numerosas ocasiones llenas de crudeza. Y ademas estas tensiones emocionales no dejan ni un resquicio para reflexionar sobre ellas el tiempo necesario para poder alcanzar el equilibrio emocional que facilite la serenidad y la ecuanimidad. Y Adolescente ve y observa a sus padres y sus conductas derivadas de sus estados emocionales, apenas se relaciona con ellos para recibir adecuadas explicaciones y forma su propia escala de valores, se educa, aprende… lo que observa y ve; no serenidad de actuación, ecuanimidad de decisiones, juicios reflexivos; en una palabra personalidades equilibradas como sería deseable.

En la próxima entrega reflexionaré sobre posibles vías de aminorar estas anomalías.

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